La vida es vivir. No es una cosa, es un proceso. No hay otra forma de conocer lo que es la vida más que viviendo, estando vivo, fluyendo, discurriendo con ella. Si buscas el significado de la vida en algún dogma, en una determinada filosofía, en una teología, da por seguro que te perderás lo que es la vida y su significado.
La vida no te está esperando en ninguna parte; te está sucediendo. No se encuentra en el futuro como una meta que has de alcanzar, está aquí y ahora, en este mismo momento, en tu respirar, en la circulación de tu sangre, en el latir de tu corazón. Cualquier cosa que seas, es tu vida y si te pones a buscar significados en otra parte, te la perderás.
La vida carece de importancia en sí misma.
Sólo es significativa si eres capaz de cantar una canción a lo
Eterno, si puedes liberar un poco de fragancia divina, un poco
De eternidad: si eres capaz de convertirte en una flor de loto,
Inmortal y eterna. Si aprendes a convertirte en puro amor, si
Eres capaz de embellecer esta existencia, si puedes convertirte en
Una bendición para esta existencia, solamente entonces la vida
Tiene significado; en caso contrario, no tiene sentido.
Es como un lienzo en blanco: puedes cargar con él durante
Toda tu vida y morir aplastado bajo su peso, pero ¿para qué?
¡Pinta algo en él!
Tú has de darle significado a tu vida; ese significado no te es
Dado. Se te ha dado libertad, se te ha dado creatividad, se te
ha dado la vida, se te ha dado todo lo necesario para que le
confieras un significado. Te han sido proporcionados todos los
ingredientes esenciales para su significado, pero ese significado
no te ha sido dado. Tú has de crearlo. Tú mismo te has de
convertir en creador.
Y cuando tú mismo te conviertes en creador, participas de
Dios, formas parte de Dios.
De nuevo quiero agradecer a mi querido amigo Alex de Guatemala, por compartir esto tan hermoso...
No hay comentarios:
Publicar un comentario